Él la golpeó hasta verla caer, con la cara amoratada y ensangrentada, le vociferó varias amenazas y le dijo que esto era su culpa. Ella no se defendió, se quedó tirada en el piso sintiéndose culpable de lo sucedido. Esta es la historia de muchas mujeres, lo vemos frecuentemente en los noticiarios con algunas variaciones y en ocasiones el final de la historia es peor.
La República Dominicana es el tercer país de la región, de un total de 14, con mayor tasa feminicidios (3.6 por cada 100 mil mujeres), por detrás de Honduras y Guatemala, revelan informes de la Oficina Nacional de Estadística (ONE).
Estas mujeres viven con sentimientos de pánico y fracaso, temor, baja autoestima, culpabilidad, falta de control sobre sus vidas y aislamiento.
En ocasiones, las víctimas no cuentan lo que les pasan, ni buscan ayuda por vergüenza, porque sienten que eso que les está sucediendo se lo merecen o lo provocaron, por falta de conocimiento sobre instituciones en el país que les pueden brindar apoyo.
Por lo general el comportamiento del agresor se caracteriza por una gran variedad de amenazas, pone en duda la estabilidad emocional de la víctima, la intimida con malos gestos, gritos, se irrita y tiene cambios bruscos de su estado de ánimo con facilidad.
Una mujer maltratada necesitará mucha fuerza y valor, se enfrentará a grandes obstáculos psicológicos para superar las secuelas de este daño.
Vídeo de Entrevista a Soraya Lara, directora del Patronato de Ayuda a Casos de Mujeres Maltratadas, (PACAM) en el programa "El Despertador".
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